miércoles, 14 de octubre de 2009

Collarada (2.886m): Una ruta circular por la montaña jacetana.

Collarada (2.886m): Una ruta circular por la montaña jacetana.


La Peña Collarada es un símbolo y puerta de entrada al Pirineo para todos aquellos que nos acercamos a él desde Occidente. Su peculiar relieve, con ese típico roquedo calcáreo terminal, domina la entrada al Valle de Canfranc y la suave ladera de Villanúa. Por el Norte, se alza abruptamente sobre el Ibón de Ip, de origen glaciar. A su lado, su hermana menor, la Collaradeta, que comparte su característica orografía, sobre todo en su vertiente Sur. Las impresionante formaciones calizas de este macizo lo hacen inconfundiblemente único y rico en cuevas, simas y otras formaciones geológicas.

Su gran proximidad de núcleos habitados y las escasas dificultades técnicas de su ascensión hacen pensar que su cima pudo haber sido conquistada en tiempos muy remotos. Sin embargo, la primera ascensión documentada data del 16 de julio de 1876, a cargo del Conde H.Russell y J.Labarthe.

En nuestro afán de seguir los pasos de aquellos míticos pirineístas, nos hemos propuesto una ruta circular cuyo punto de inicio y final sea Villanúa, ascendiendo por su uniforme ladera Sur para descender por el impresionante Circo de Ip y el Valle de Canfranc. Las vías más utilizadas, precisamente son estas dos: La Ruta Sur desde Villanúa, o Refugio de la Trapa, por el Paso Abete; o bien la Ruta de Ip, pasando por el Ibón y el Collado del mismo nombre desde Canfranc.

Vieja conocida de nuestras aproximaciones pirenaicas, la Collarada constituye nuestra primera ascensión de este otoño de 2009. Una bella y larga ruta para comenzar con buen pie.



RUTA

Desde el pueblo de Villanúa (953m), en la cabecera del Valle de Canfranc, tomamos la pista que asciende hacia el N-NE, hacia el Refugio de La Trapa. En un punto señalizado con un panel vertical, entre dos caminos, tomamos la estrecha senda que asciende campo a través cortando la pista. Está muy bien balizada con las marcas amarillas y blancas características de los senderos de Pequeño Recorrido. Llegamos así hasta el Refugio de La Trapa (1.750m), desde donde enlazamos con una difusa senda que gana altura hacia el NE, atravesando campos y pedregales, hasta salir a un barranco que evitaremos por el O. En ese punto desaparece la vegetación arbórea y caminamos por senda difusa, con pocos hitos, en dirección NE, buscando el Paso Abete a las faldas de la Collaradeta. Se asciende por terreno roto de piedra, la pendiente es suave. Una vez en el Paso Abete, contemplamos la Collarada y el Collado de Ip, pero giramos al E para ganar, tras superar la pedrera, el hombro y la cumbre la Collaradeta (2.729m). Acto seguido, sin perder apenas altura, nos dirigimos al cercano Pico del fraile (2.705m), desde donde descendemos por rastro de senda, hasta el Collado de Ip. Desde este punto la senda se hace mucho más evidente y el camino hasta la cumbre de la Collarada no tiene pérdida, en clara subida hacia el NO. Ultimo resalte rocoso fácil, con trazas de senda y múltiples posibilidades, no hace falta apoyar las manos. Descenso hasta el Collado de Ip por el mismo itinerario, desde aquí pedrera bastante inclinada (45º) y muy larga que hay que descender en dirección N. Terreno incómodo e inestable marcado con hitos ocasionalmente. Una vez en las proximidades del Ibón, flanquear el mismo por el S, por senda estrecha y aérea, hasta ganar la presa. Desde ésta el camino, no siempre evidente, desciende por la derecha del curso de agua (N) hasta el Valle de Canfranc primero por pasto de montaña y después por bosque. Desde Canfranc, siguiendo el Camino de Santiago, descendemos el valle para volver al punto de partida: Villanúa.


Gráfico de la ruta: http://www.gmap-pedometer.com/?r=3258060

Desnivel positivo acumulado: 2.220m

Tiempo: Nubes y claros. Temperatura: Entre 25ºC y 10ºC. Mucho viento en cumbre.



DURACIÓN

Villanúa - Refugio de La Trapa (1h20) - Paso Abete (2h45) - Collaradeta (3h15) - Pico del Fraile (3h30) - Collarada (4h30) - Collado de Ip (5h) - Ibón de Ip (6h20) - Canfranc (8h) - Villanúa (9h). Ritmo alto. Paradas no incluidas. Indispensable estar muy en forma para hacerla en un día.



DIFICULTAD

Las principales dificultades radican en la larga duración de la ruta y en su desnivel positivo acumulado, superior a los 2.000m. También hay que tener en cuenta lo incómodo del terreno durante buena parte del trayecto. No hay dificultades técnicas reseñables.



DESCRIPCIÓN

Después de unos útlimos días de mal tiempo parecía que el otoño se nos echaba encima y no nos iba a dar ninguna oportunidad este fin de semana. Nada más lejos de la realidad, parecía que para el domingo venía buen tiempo de nuevo. Además, en esta ocasión un viejo amigo iba a acompañarme a la montaña y afrontamos el reto de hacer una circular larga y dura muy motivados.

Salimos de Pamplona a las 6h50 y llegamos a Villanúa a las 8h 25, el cielo está despejado y parece que el sol nos va a acompañar. Preparamos las mochilas y nos calzamos las zapatillas de trail, me llevo las botas por si acaso y bastante agua y comida, el día se supone largo. Empezamos a andar a buen ritmo por la pista del Refugio de La Trapa y, enseguida, vemos un panel que indica la senda hacia el dicho refugio. Nosotros nos equivocamos y tomamos una senda más ancha que nos conduce a la Estación de Tren de Villanúa, donde nos indican amablemente que tenemos que tomar un camino que empieza campo a través justo al lado del panel. No hemos perdido más de diez minutos, despistados por el madrugón.

El camino que corta la pista en muchos puntos conforme asciende, transcurre por frondosos paisajes y nos depara sorpresas como el Dolmen de Letranz, al poco de comenzar. La senda es muy entretenida y nuestro ritmo alegre, con lo que alcanzamos el Refugio de La Trapa (1.750m, no guardado) en poco tiempo. Hemos salvado un desnivel importante pero el camino ha sido cómodo y se nos ha pasado volando. Después de echar un vistazo a las instalaciones del refugio, que es una casa con dos habitaciones, abiertas para quien quiera alli cobijarse, nos dirigimos hacia el NE, siguiendo las indicaciones del un panel. Primero la senda es evidente pero enseguida se pierde y atravesamos, en la dirección lógica, una serie de pastos y pedreras, ganando altura suavemente, hasta que encontramos el verdadero camino unos minutos más tarde. Esta parte del trayecto es difusa y es dada a que personas sin buena orientación puedan perderse.

Una vez fuera del bosque el camino a seguir se hace evidente, aún sin hitos que así nos lo confirmen. Se trata de remontar la pedrera, primero salvando la parte alta de un barranco y después flanqueando la cara Sur de la Collarada hasta llegar al Paso Abete, que separa Collarada de su hermana menor, la Collaradeta. La subida se hace dura, hemos cambiado de escenario y ahora estamos a merced de un viento inclemente que sopla cada vez con más fuerza, pero nada comparado a lo que vamos a experimentar más tarde en las cumbres. Las nubes pasan por encima de nuestras cabezas a gran velocidad, ocultando y dejando paso a los rayos del sol a su antojo. No es el típico día de verano, hace fresco.

Con todo, alcanzamos el Paso Abete y propongo a mi amigo Javi hacer tres cumbres en lugar de una, dado que nos encontramos bien y estamos adelantados respecto al horario previsto. Nunca dudé de que aceptaría y, de este modo, nos encaminamos hacia la Collaradeta, primero hacia el E, con el objeto de ganar su hombro, y luego por éste hasta la cumbre de la también llamada Peña Pequeña (2.729m). Aquí, nos refugiamos de un viento que amenaza con levantarnos del suelo, en una saliente de la cumbre con magníficas vistas al S. Nos comemos los bocadillos y nos hidratamos.

Tras este descanso merecido, nos encaminamos hacia el Pico del Fraile, justo enfrente mirando al N. En su cumbre hacemos las fotos de rigor y observamos por primera vez el inmenso Ibón de Ip y la Pala de Alcañíz o Bucuesa, entre otras montañas. Nos llaman la atención los Cuchillares, bellas agujas que defienden el paso entre la Peña Nebera y la Pala de Alcañíz.

Sin tiempo que perder, nos dirigimos, perdiendo altura rápidamente, hacia el Collado de Ip. Hay gente en la cumbre de la Collarada y montañeros que ya están bajando. Estamos impacientes por hollar la cumbre, llevamos bastante paliza encima y ésta va a ser la última ascensión del día. La verdad es que la subida de la pala se hace amena, el camino es muy evidente por primera vez en todo el día y solo el último resalte rocoso se torna incómodo, pero sin dificultad técnica. Después de varias horas andando y mucho desnivel en las piernas alcanzamos la cima de la Peña Collarada (2.886m), donde nos recibe un vendaval que, a pesar del cielo ahora despejado, deja una sensación térmica muy baja. Estamos poco tiempo en la cima, el justo para hidratarnos, hacer fotografías y charlar con una pareja de montañeros vascos que allí estaban.

Con la satisfacción de las cumbres y el consciencia del largo camino que aún queda por recorrer, empezamos nuestro descenso, primero hacia el Collado de Ip (2.567m) y luego hacia el Ibón de Ip, por uno de los canchales más largos y descompuestos que he tenido ocasión de conocer. Terreno muy roto e inclinado, además de largo, que hace lenta nuestra progresión. Estamos en penumbra puesto que el corredor tiene orientación N y nos volvemos a abrigar, algunos hitos marcan el camino a seguir, si bien no abundan. Esto no es importante aquí, porque es evidente, pero sí un poco más adelante, cuando realicemos el flanqueo del Ibón, es impotante encontrar la senda estrecha y aérea que bordea el lago, en invierno debe ser un paso delicado.

Estamos en el Ibón de Ip y son las 15:00, nos hemos desgastado bastante en el corredor y ahora esperamos encontrar una senda más cómoda para descender al valle, pero antes nos paramos a contemplar el enorme y precioso Circo de Ip, con sus famosos relieves, entre los que destacan la Pala de Ip, la Pala de Alcañíz y la Punta Escarra. Es muy impresionante también el enorme óculo que hay en la mole del Pico del Fraile, llamado "La Ventana". No menos sorprendente es, dada la altura del año en la que nos encontramos, cruzarnos con montañeros a las tres de la tarde preguntando por la Collarada, que queda a 2h30 de camino en el mejor de los casos, sin contar con el descenso. En fin, espero que tuvieran frontales y ropa de abrigo.

Sin más dilación, descendemos con celeridad por la senda que se va haciendo más y más amplia conforme descendemos por la orilla derecha del curso de agua que proviene de la presa. Es reconfortante volver al bosque, después de un venteado día, la sensación térmica asciende abruptamente y bajamos ya bastante relajados. Tanto es así que tardamos una hora en hacer el tramo que discurre entre Canfranc y Villanúa, por otra parte muy bonito y de gran interés cultural, puesto que es una parte del Camino de Santiago por la vía jacetana. Bonita forma de acabar el día, después de una ruta circular exigente pero muy bonita y de grandes contrastes.

Salud y Montaña



1 comentario:

SARITA dijo...

Impresionante la Collarada!! Felicidades por esta gran ascensión.

Un saludo.